viernes, enero 18, 2008

A Pinochet nadie lo quiere borrar, sólo ponerlo en su sitio

A propósito del primer aniversario de la muerte de Augusto Pinochet, su hijo Marco Antonio ha dicho que “nadie podrá borrar a su padre de la historia de Chile”. Me declaro totalmente de acuerdo con esa fracción de la idea planteada por el hijo menor del dictador.

No cabe duda que Pinochet ocupará un espacio en los libros de historia de Chile, la pregunta es ¿cuál es el espacio que debe llenar: a) el de “Salvador de la Patria, símil de O´higgins” que se quería auto imponer; o, b) el del cruel dictador que ordenó asesinar a miles de chilenos, se robó el dinero de otros tantos y que cuando se vio acorralado se hizo pasar por loco, siendo que las locuras las cometió “estando cuerdo”?

Estoy cierto que ninguno de los familiares de los Detenidos Desaparecidos, de los Ejecutados Políticos, los exiliados y tantos otros chilenos perjudicados por la “mano de hierro” de Pinochet (lamentablemente)no lo olvidaremos, pero tampoco seremos quienes lo consideren padre de la patria… de estos últimos, día a día hay menos.

Aquellos que aun lo justificaban siendo un asesino consideraron, en gran parte, que los diversos casos de apropiación indebida de dinero no era digna de su líder y dejaron de adorarlo. Por el motivo que sea, pero hoy en día la cantidad de chilenos que considera un héroe a Pinochet es mínima, más aún si se compara con el 44% de compatriotas que el 5 de octubre de 1988 apoyaban la extensión de su mandato.

Pero, más allá de cuántos lo veneran y cuántos lo consideramos un delincuente, lo importante es que en efecto Pinochet marca una etapa en la historia de Chile y que su huella es indeleble, sin embargo, a diferencia de lo que opina su hijo y su familia, la mayoría consideramos que el “aporte” de Pinochet a Chile fue escasísimo en si mismo y su insuficiencia crece si se le compara con los delitos, agravios, maltratos, robos, asesinatos y tantos otros términos con los que podemos relacionar al fallecido General.

A pesar de lo que el desee, es un hecho que su figura tendrá un párrafo en la historia que difícilmente hablará de su “aporte para exterminar el marxismo”, o de su visión de futuro económico; la verdad sea dicha, el resumen de una línea con el se mencionará a Pinochet en los libros de historia será:

“General Chileno que derrocó al Presidente Allende en un Golpe de Estado y que será recordado por las múltiples violaciones a los Derechos Humanos que lo hicieron ser reconocido como uno de los dictadores más crueles de América Latina entre 1970 y 1990. A esos crímenes se le sumaron al final de su vida múltiples juicios por delitos económicos presuntamente cometidos por él y sus cercanos que lo llevaron a ser procesado. Lamentablemente falleció antes de que los juicios, tanto de lesa humanidad como económicos finalizaran, por lo que fue imposible saber la condena que le debió haber sido impuesta”.

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